El director de "Luna nueva", Chris Weitz, asegura que se ha mantenido fiel al libro de Stephenie Meyer, segundo de la saga "Crepúsculo", y que por el momento no le han ofrecido -como se había rumoreado- volver a dirigir la cuarta entrega, "Amanecer", en una entrevista publicada este miércoles por Hollywood Reporter, una de las más prestigiosas publicaciones industriales norteamericanas. "Se que mucha gente hubiera querido ver a Robert Pattinson en pantalla durante dos horas, y les respeto, pero pienso que van a disfrutar también esperando a verle en la segunda mitad de "Luna nueva". En la primera, el protagonismo es para Kristen Stewart, que hace una fantástica interpretación, y para Taylor Lautner, que se convierte en su mejor amigo", dice Weitz, para quien la segunda película trata de "la pérdida y el dolor que produce". "Hay dos seductores esta vez, no sólo Rob. Un punto importante de "Luna nueva" como libro es que el personaje de Edward Cullen está lejos, pero a la vez está presente como una ausencia en la historia. Bella siempre piensa en él y sufre por él. Los lectores lo saben y lo aprecian así. Su reaparición posterior en la película es realmente poderosa...", anticipa el director, que antes asumió cintas tan diferentes como "La brújula dorada", "Un niño grande / Un gran chico" o "American pie / Tu primera vez".Es categórico Weitz al negar que haya aumentado artificialmente la presencia de Robert Pattinson para así satisfacer a sus millones de "fans". "No hemos alterado el sentido profundo del libro. En cierta forma hemos cambiado sólo la parte en la que Bella, el personaje de Kristen, tiene alucinaciones y escucha la voz de Edward. Lo que hicimos fue añadirle de forma sutil imágenes al sonido. Pero sólo son momentos breves...", afirma.Por otro lado, el realizador confiesa que mantuvo frecuentes contactos con Stephenie Meyer, la autora de la saga literaria, y que ambos tuvieron "una realmente buena colaboración". Así, explica que ella aprobó su nombramiento para dirigir "Luna nueva" y quiso agradecérselo convenciéndola de que "no iba a agarrar a su criatura y escaparme lejos con ella", sino que al contrario su objetivo sería respetar el espíritu de sus libros. En concreto, Weitz cuenta como ambos estuvieron en contacto vía correo electrónico: "Le escribía cuando tenía dudas sobre algún detalle y temía equivocarme, especialmente en ambientaciones de las escenas o cuando pensaba estar creando algo nuevo que podría no corresponder a su visión". Y cita un ejemplo la mansión de los Volturi: "La residencia de la más antigua familia de vampiros que vive en Italia no quería que oliera a nada parecido visto antes en películas de vampiros. Por eso la decoración se planteó en un estilo del Renacimiento, pero muy brillante, elegante... nada siniestro. Ella estuvo de acuerdo".
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